sábado, 9 de marzo de 2013
Maldición de Ícaro
Fuente vacía
mas llena de agua
vertida del Leteo,
como labor de vida,
desde frío viento -
por la pena de Dafne.
Cambiante, o Fortuna,
con un sólo giro -
toma mi alma al Elíseo,
o la fulmina por su volteo,
al partir de aquí Apolo
calienta así al alma el frío.
Noche etérea a la sombra de Natura,
día de Júpiter o de luna
en las costas dan olivas
por la voz tan garrida
mas tan suave cual de Ovidio
En esa fuente de olvido
ahí alma mía sumergida
clama que el poema de Orfeo
tome asido mi destino...
o por nuevas aguas que fluyan.
Es aquí, es allá; enfrente y junto -
de los tus ojos pulcros,
de la tu voz azulada
es la nueva brisa que regresa,
clama la sangre nueva - el tributo,
nunca lejos de la isla estuvo.
Bajo la mirada de Selene
que a los mis ojos ata y mata
es en la luz la voz tenue -
la lluvia eternal de la fuente
aquí antes ya estuve,
aquí veo de las mis alas las cenizas.
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