miércoles, 4 de marzo de 2015
Con quienes el coral se funde
AD AMANTES QVIBVSCVM CORALLIA MERGVNTVR
Observa en su trono nacareo
indómito el guardián Neptuno
oculta a la Creación toda
allende las nautas regias, nobles,
de Genserico, Hanón o Jerjes;
sean los cuerpos vacíos de ánimas que fueren estrellas,
ornatos en la túnica infinita de Dios,
cuyas saetas caen
convencidas
y sonoras
al reino que ya nadie recuerda
―tanto que Adriano César cedióle al pulvo―;
aquél, zafiro indómito
quien cubre a el lejano vivo cementerio,
epitafio cambiante
cuyo canto nombra a todas grebas;
ellas, almas todas, postran ante Neptuno y
de su piedad emana retrato
d'Hero y de Leandro.
Hijo segundo de Saturno
nueva vida otorga al Caído
sea a su diestra junto al trono,
sea dador de vida a la que se apaga
en rosado sentimiento
al reflejo amante de Leandro
cuia plegaria sordos Marte y Venus ignoraron;
fuera [asì] en sus manos de sal la fortuna æterna:
Sus braços se alzan al bajocielo
―que bajo tierra se eleva―
tal que miradas mil en joya tornan
y los recuerdos con sal se funden
―se forman y se unen y se colisionan―
Es la joya sola de los mares,
reflejante de Aurora que a Neptuno observa.
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