PILARES DE LA CREACIÓN
La danza de las estrellas se da entre éter y Helio ―
Se baña la luz en Furor de polvo
Entre los brazos de Urano el desterrado
sangrantes de lava gélida
dadora de vida apasionada,
Y entre fortísimo vacío que ahoga cada gemido
Reflejante del oro pulido por Febo-Apolo en finas grebas
caballerezcas;
Las que adornan montes
Cuya corona es cobre y es plata,
Es el centro de la Furia la noche devorante
Que anula hasta el más sórdido chillido
Y describe las curvas su fugaz viaje
Mientras un halo recorre,
Sube su blanco fuego congelante
invisible
veloz que segundo a segundo
menea el paisaje astral
Hasta la cima entre Acuario y Capricoprnio
Con la voz verdiazul
De sus filamentos estelares
Que al choque, se enredan,
entre el néctar de Juno
o entre cada Seno de Andrómeda,
Discurre Orión entonces
con aquellos labios
de Paris,
tan traidores
como pasionales
Como velo de aire marino
Los Pilares de la Creación
Rompiendo el «Mare Nostrum» del firmamento ―
¡Es tu cuerpo bañado en miel y plata!
Escultura en sal, por noches se funde
Hallándose aprisionado
Bajo un cinturón de fuego ambarino
ante la vista pétrea de la aurora
te difuminas en el tenebroso océano nocturnal
cuyo manto nos oculta
de Plutón y Neptuno que te cazan;
Se circundan y se desplizan...
Se desplazan en voraz colisión
Nuestros cuerpos, Andrómeda,
Sobre sábanas lejanas a la tierra
Donde uno devora al otro
Sólo para darle la vida de nuevo
Y seamos un enigma de rey viajero;
Así estalla el alma en tu cuerpo,
Te eleva fuera de ti
Y ases el oro en tus manos,
o el plomo entre ti;
Naces para morir en Leteo al amanecer
Y ya no estaremos en nosotros
Pues el fondo devora la pasión
Y hasta el cénit de los Dioses concluye;
Y tras la fusión ya no serás más que un punto obscuro en la noche de Orión y de mi.
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