martes, 8 de septiembre de 2015

Arrojóse a la noite Apolo


AD NOCTE EFUDIT APOLLO

Arrojóse a la noite Apolo,
A los tristes reinos de Plutón
Cuando el manto coralino
         ‒ardiente entre el fulgor
         de el calor proprio
Coronó a todo el imperio joviano
Do él yace indiferente a
Mi llamado silencioso
Ca no sigas los carros de Febo
Al banquete que Perséfone presida
Para el mismo Sol naciente,
          aquél celebrado e citado
          por Sila «el Tirano» ante Pompeyo
          qu'al final fuera, éste, Iulio,
          él, hermano vuestro, oh César;
          mas ahora os espera Sila
          rey de la Macedonia;

Y no más veré al deshielo de tu ámbar
Cubrir fiel el álgido roble,
No más exire va al Egeo
[Con] la oliva e sin rumbo
Aguardando sobre el risco
que mira a César-Constantino eternales
          expectante, entre los sos muros,
          y heredero del Laurel escipión-emilio;
Os habrás ido hacia otro Imperio a galope áureo
Mientras la nieve al mar se une
Quando acres lágrimas se funden entre las manos d'Aurora ―
¡Mas si tardaras
          Cuarenta, sesenta o cien!
Tejo y destejo, suplicando, despejo a Plutón o Neptuno
Por tu regreso;
¿E acaso Piedad hallaría
en los oráculos lacónicos de castañas profecías?

¡Andad! ¡Andad!
Noble mozuelo
Es tu hora i no la mía
Maguer ansío guiar el carro del Sol invencible
Que a lo eterno te lleva, glorioso.
¡Andad! ¡Andad!
Noble mozuelo;
Ca vuestro es el ovejuno firmamento, sede;
Allá aguardan los dioses;
          pertenecerás,
Junto a Apolo que baja triunfal al Hades,
A los dioses y a su reino.

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