miércoles, 10 de octubre de 2012

Satélite




I.- La ciudad nueva


Cuatro generaciones han caminado sobre la Tierra tras el final de la última gran guerra. Tres Pueblos contra otros tres mas se destruyern entre sí para conquistar una tierra solar que nada les ha de otorgar.

Por la cuña y la madera se erigió la Nueva Sumeria, con lo bien sabido de los caídos, una Babel fue levantada allá hacia el centro. Una más y otra más, cada silo de cantera alzado hacia el firmamento por cada ocasión en que Uur se construyó. Los días, meses y centurias pasan y con ellas, la gloria áurea nacía de su cadáver.

Dos calzadas color marfil cortan paralelas a la Uur post bélica, corren sobre las fuentes y los cipreses que embellecen aquel parque al cual regresaron pajarillos y rodedores, esperanzados por el nuevo amanecer en Uur.

Resurgió el sonido, se levantó el derribado Capitolio de techo abobedado, la cúpula dorada, restaurada de entre escombros, se colocó en su ancestral posición. Su observatorio es hoy un estético adorno en la cima del Capitolio, mismo que, por consenso, se colocó junto al hoy seco río Tēgrisa, a su vez nacía del manantial nororiental, entre áridas arenas que albergan actualmente al aeropuerto.

Otro quinquenio transcurrió y dos cosas nuevas ocurrieron en Uur: Fue nombrado un Eenn-Trabat, máximo guía para el rumbo de Khĕd'd Sum'r. Hombre robusto, de gran presencia, tomó las riendas de Ür y la condujo por la directriz arquitectónica hasta entonces única: un cristalino edificio que roza el cielo con us páneles, techo semicilíndrico y bordes de mármol, concebido cual maravilla de la resurreción, no así es la visión que tiene el Eennsi Æqhmild para tal palacio, el Girqh S'marghēnd todo hombre sin embargo dio su labor por el Eennsi y su palacio.

Utopía fue por fuera el alias para la Nueva Sŏmir y en especial hacia la emergente capital, Uur, del cobrizo dirigente Ekmild...

Conforme crece Ür, el corazón neosumerio de la post guerra se cierne de gloria, progreso y pudor, no todo habitante citadino goza del reciente renacimiento, un grupo excluido del oasis, no por poco menos numeroso que los caídos en la Batalla del Río Tigr'lda, los extraños no ven aquellos anillos y cómo creen.

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